Tan solo en 2015, 9 de cada 100 trabajadores sufrieron accidentes en el desempeño de sus funciones en Colombia; un número bastante elevado si se compara con cifras de otros países en la región.
La Dirección de Riesgos Laborales del Ministerio del Trabajo señala que, diariamente, se registran cerca de 1500 accidentes laborales en nuestro país. Como si este panorama no fuera bastante diciente, las compañías aseguradoras de riesgos profesionales indican que los accidentes laborales se registran con mayor frecuencia en los sectores de servicios generales, sector transporte y el sector de la construcción. En los últimos años la industria de la construcción ha ocupado los primeros lugares de accidentalidad laboral en el país: entre enero y octubre de 2015 se registraron 87.901 accidentes y 88 fallecimientos.
En un entorno tan complejo y de alto cuidado como el de la construcción, existen altas probabilidades de que ocurran eventualidades que involucren a quienes intervienen directamente en el levantamiento de obras civiles. Los trabajadores están expuestos a una serie de sucesos que pueden representar diferentes niveles de riesgo que afectan su salud e integridad.
Por ello, es importante contar con un marco normativo claro con políticas y programas que establezcan un sistema de seguridad y salud que promueva en las compañías el correcto tratamiento a esta problemática, así como un sistema de inspección eficiente que procure por el cumplimiento de la normatividad. En Colombia, el Decreto 1072 de 2015 define las directrices de obligatorio cumplimiento para la implementación del Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG – SST), las cuales deben ser adoptadas y aplicadas por todos los empleadores públicos y privados, y deben cubrir a todos los trabajadores y contratistas.
Otro factor clave es la prevención. La OIT considera fundamental este aspecto para mejorar las condiciones a través de estrategias de capacitación y diálogo social que involucre a entidades públicas, empleadores y trabajadores. La prevención requiere un compromiso que se debe propiciar desde la alta dirección en las compañías y desde quienes toman las decisiones en materia de condiciones laborales.
Sin embargo, el gran interrogante que surge es: ¿será suficiente contar con la normatividad y adelantar campañas de prevención para, en efecto, reducir los índices de accidentalidad y mitigar las enfermedades relacionadas con el desempeño de funciones laborales?
Si bien es cierto que la ley y los programas de prevención son vitales para mitigar los riesgos, hoy por hoy se hace imprescindible que las empresas cuenten con un sistema de registro y notificación que brinde información adecuada y permita establecer prioridades y diseñar estrategias de prevención en esta materia.
Además del invaluable costo humano, las enfermedades y accidentes pueden llegar a afectar notablemente la producción y el desempeño económico de las empresas. Este fenómeno se puede prevenir a tiempo si se cuenta con un sistema de gestión apoyado en la tecnología que permita la gestión de planes de acción, la medición de indicadores, la evaluación de contratistas, la realización de auditorías y el control de riesgos. Una herramienta que permita mejorar las condiciones de trabajo y de salud de los empleados es esencial. Su ejecución debe ser permanente, ya que se trata de un proceso de mejoramiento continuo.
Si las empresas deciden adoptar sistemas de gestión adecuados, particularmente aquellas en que sus colaboradores se ocupan de labores de alto riesgo como el de la construcción, estarán en el camino correcto que los llevará a disminuir eficazmente los riesgos de accidente y mitigar notablemente las posibles las enfermedades laborales. Así, estaría no solamente dando cumplimiento a la normatividad vigente, sino también mejorando la calidad del ambiente laboral y aumentando notablemente la productividad de sus colaboradores.